Es evidente que las redes sociales siguen creciendo a un ritmo trepidante. Y, evidentemente, con ello, cada día más empresas ven en ellas una oportunidad de ganar notoriedad, visibilidad y de acercase a los consumidores y potenciales clientes.
A pesar de que son ya muchas las empresas y marcas que han integrado las redes sociales en las estrategias de marketing de sus negocios, otras muchas se inician no sin tener presentes multitud de cuestiones y preguntas sin respuestas que forman un mar de dudas, y que en ocasiones pueden generar cierto escepticismo o inseguridad a la hora de dar el gran salto.
¿Cuándo, cómo, quién, dónde y cuánto? Formularse preguntas y experimentar todo tipo de dudas no es para nada negativo si se tiene la convicción de querer evolucionar aprendiendo en el camino. Sin embargo, siempre podemos arrojar un poco de luz sobre algunas de las cuestiones más comunes que son planteadas entre las empresas que pretenden iniciar su aventura en las redes sociales.
Las primeras cuestiones a despejar estarían relacionadas con el momento más oportuno (cuándo) y el por qué antes de comenzar nuestro viaje y dar nuestros primeros pasos. Antes de plantearnos otras cuestiones como, por ejemplo, qué red social es más adecuada para nuestro negocio o empresa, existen otras cuestiones igual o más importantes que esta. ¿Está nuestro negocio realmente preparado para ello?
Cualquier momento puede ser bueno, pero las empresas deben ser conscientes de que la mera presencia en las redes sociales también tiene sus propias consecuencias, repercusiones y exige ciertas obligaciones. Nuestra empresa gana visibilidad, mayor presencia, aumentan las posibilidad de que nuestros clientes se conviertan en fieles fans y seguidores, pero a su vez, nos obliga a mantener el compromiso de estar siempre atendiendo sus necesidades y velar por la propia reputación online de nuestro negocio.
Si realmente hemos asimilado el que tendremos que adoptar este nuevo rol es el momento de despejar otra de las incógnitas planteadas. ¿Dónde? o ¿qué red social es más adecuada para nuestro tipo de negocio?
Es indudable que, a pesar de que todas parezcan iguales, cada red social tiene sus propias características, ventajas y peculiaridades. Facebook, Twitter, Google+ o LinkedIn se encuentran entre las más populares, pero también existen otras muchas no tan conocidas, más centradas en nichos de negocios concretos o segmentados y que pueden ofrecernos importantes beneficios. Aun así, la presencia en, al menos, una de las grandes redes sociales mencionadas parece una cuestión casi obligada por la sencilla razón de que son aquellas en las que mayores masas críticas de usuarios se concentran o participan y, por consiguiente, mayores las posibilidades de encontrar consumidores y potenciales clientes.
Ello no implica que nuestra presencia tenga que estar limitada en este sentido, pudiendo apostar por una multi-presencia en diferentes redes sociales. En este caso, hemos de ser conocedores y realmente conscientes de que gestionarlas y prestarles la atención que necesitan y se merecen nos requerirá de mucho más tiempo y recursos para ello.
En la toma de esta decisión podremos encontrar la respuesta a otras cuestiones como el ¿por qué? y, sobre todo, ¿a quién o a qué tipo de público queremos llegar o que nos encuentre?
Muchas empresas comienzan con un concepto o planteamiento equivocado cuando pretenden iniciarse en las redes sociales pensando que su mera presencia servirá para vender mucho más, encontrar nuevos contactos a quienes enviar su publicidad o que simplemente su volumen de clientes se verá aumentado sin más, como por arte de magia. ¡Error!
Nadie puede afirmar que no sea posible vender a través de las redes sociales, o que no podamos utilizar promociones dirigidos a nuestros fans y seguidores y que, a consecuencia de ello, nuestro número de clientes pueda verse incrementado. La respuesta es sí, pero la cuestión es ¿cómo?
En este punto podemos recurrir a uno de los conceptos que más están proliferando en las estrategias de social media. El Inbound Marketing o Marketing de atracción 2.0 como una estrategia basada en la atracción, es decir, cuando es el consumidor el que llega al producto o servicio en Internet o las redes sociales de motu propio atraído por un mensaje o contenidos de calidad y obviamente de su interés.
No se trata de abordar las redes sociales como si fuéramos a vender o a publicitarnos llamando de puerta en puerta, sino de participar aportando contenidos y recursos de valor añadido que sirvan para que los usuarios y potenciales clientes se interesen por nuestra marca o negocio. Todo ello sin olvidar a nuestros actuales clientes, a quienes a través de nuestra presencia en las redes sociales podemos ofrecer todo tipo de ayudas atención y beneficios, en compensación a su fidelidad y compromiso.
Si pretendemos desarrollar una estrategia exitosa, tendremos que tener presentes en todo momento dos requisitos y premisas imprescindibles. ¡Saber escuchar y participar!
Escuchando podremos aprender y extraer información realmente valiosa para nuestro negocio. ¿Qué opinan nuestros clientes y fans de nuestra empresa, marca o productos?, ¿cuáles han sido sus experiencias?, ¿cuáles son los problemas más frecuentes? Sin duda, esta será una información útil que servirá para implementar las mejoras y cambios necesarios en nuestro negocio para mejorar la percepción y las experiencias de nuestros clientes.
Pero no solo tendremos que dedicarnos a observar. También tendremos que pasar a la acción sabiendo aportar soluciones y respuestas rápidas y eficientes cuando nuestros propios clientes manifiesten sus reclamaciones, dudas o quejas de forma abierta.
También podemos plantearnos algunas preguntas como: ¿por qué siguen a mi empresa los usuarios, consumidores y potenciales clientes en las redes sociales?, ¿qué es lo que esperan?, ¿qué necesitan? o ¿qué podemos ofrecerles?
Principalmente, la mayoría de estudios e informes en este sentido nos indican que entre las principales razones por las cuales los usuarios de las redes sociales siguen a las marcas son para tener acceso a descuentos y ofertas especiales o que el contenido y los recursos publicados les resulta atractivo o interesante.
Sin embargo y de forma paralela, otros estudios ponen de relieve el hecho de que muchos usuarios o consumidores siguen a las marcas para mantener una comunicación rápida y directa o para manifestar de forma pública y abierta sus malas experiencias, quejas y reclamaciones.
Esto nos revela la importancia de realizar seguimiento y gestión del flujo de datos, opiniones, comentarios y conversaciones generadas por nuestros seguidores y donde nuestra participación puede resultar imprescindible para poder ofrecer respuestas y soluciones adecuadas.
Hemos comprendido las mecánicas y estamos seguros y dispuestos, pero… ahora, ¿cuánto le costará a mi empresa o negocio?
Aquí nos enfrentamos a uno de los grandes mitos del social media y las redes sociales que las empresas deberían conocer. Y es que, todavía son muchos los que piensan equivocadamente que esta gran labor debe ajustarse a un presupuesto reducido o, simplemente, que el coste para su negocio es mínimo, barato o incluso gratuito.
Efectivamente, crear un perfil es gratis, pero consolidar una presencia real y lograr influencia tiene un elevado coste en tiempo y recursos; por lo tanto, a su vez, económico. La comunicación en medios sociales no es precisamente algo ‘barato’. Requiere esfuerzo, personal de comunicación especializado en medios sociales y muchas horas de trabajo constante y continuo.
Via: Puro Marketing