Hoy en día, dejamos que Internet sea una de las principales herramientas para prácticamente el total de nuestras actividades, resaltando la búsqueda de información para trabajo, ocio o simplemente por la mera necesidad de estar al corriente de las últimas noticias.
En un plazo no demasiado largo se puede pensar que la costumbre de comprar los diarios irá perdiéndose y los medios escritos son los que más sufrirían la fuga de lectores. De hecho, actualmente ya se puede percibir la inquietud de los diarios hacia este movimiento y buscan “sin prisas pero sin pausas” cómo mantener su audiencia y la inversión publicitaria.
Toda información tiene un precio, pero… ¿debe pagarlo el lector sí o sí?
Con o sin crisis, el escaso aumento o hasta descenso de lectores que registran los principales diarios en sus formatos de papel es un hecho. Si comparamos las audiencias de hace unos años con las audiencias actuales, podemos ver como su crecimiento es progresivamente menor, y ya destaca algún que otro decrecimiento realmente alarmante.
La respuesta a este marco cambiante puede explicarse en la posibilidad que tenemos ahora de consultar cualquier noticia o información en Internet.
Por ello, si analizamos las audiencias de los formatos on-line de los mismos diarios, según los datos de Nielsen, éstas suben como la espuma, llegando a triplicar el número de lectores registrados en formato papel.
La creciente y constante penetración de Internet entre la población y, en concreto, el crecimiento de la audiencia en los principales diarios on-line durante los últimos años, pone de manifiesto el cambio de hábitos y costumbres de los lectores en general. En julio de 2007 El País ostentaba el liderazgo con 4.887.000 usuarios únicos, seguido de El Mundo con 4.408.000. El grupo Vocento, con las versiones on-line de sus cabeceras regionales y el diario nacional Abc, agrupaban a un total de 3.976.000 usuarios únicos, y 20minutos.es a 2.177.000 visitantes. A principios de 2010, El Mundo se ponía en cabeza, desmarcándose de El País o del diarioMarca, ambos líderes de audiencia en su formato en papel.
¿Será finalmente la lectura del diario en papel un momento de ocio frente a una taza de café en la barra de un bar o en un banco del parque los domingos? ¡Qué gran noticia sería para los diarios si no vivieran de la publicidad! Se ahorrarían una gran cantidad de papel y tinta, amén de costes logísticos y operativos, para hacer uso exclusivamente de sus plataformas on-line en Internet. Pero la realidad no es tal. Los diarios viven de la publicidad que los anunciantes contratan en sus páginas, y si se registra una caída progresiva de los lectores, las marcas perderán el interés por incluir sus anuncios en formatos off-line, ya que la rentabilidad de estos medios será cada vez menor. La información en Internet es gratuita para todos o sólo accesible para los usuarios dados de alta.
The New York Times: primero gratis… paga después
El New York Times (NYT) fue uno de los primeros periódicos que hizo saltar la alarma e hizo público el problema que tiene para mantener a flote la publicación en papel y la on-line sin registrar pérdidas económicas. Sus lectores se han acostumbrado rápido a entrar en sus páginas y disponer de la misma información que el formato papel, pero sin pagar un solo centavo. ¿Pueden pagar y mantener sus plantillas de trabajadores del formato papel y on-line si sus ingresos caen poco a poco? ¿Se puede permitir un diario como el New York Times no ofrecer su versión on-line? Este informativo sabe que la respuesta a estas preguntas es un rotundo no. Por ello ha tomado la decisión de cobrar por su información, a partir de 2011, mediante el mismo sistema que ya utiliza el Financial Times, esto es, cobrando a partir de un número de artículos leídos. A este nuevo formato de ofrecer información a cambio de dinero se le ha denominado “muro de pagos”; ahora sólo queda esperar y ver si esto perjudicará, o no, al número de lectores que registra actualmente por Internet.
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