La catástrofe que azota desde el pasado viernes Japón amenaza no sólo con llevarse por delante poblaciones enteras, sino también una de las economías más potentes del planeta. Las compañías automovilísticas Toyota y Nissan se han visto obligadas a paralizar su producción, el gobierno nipón ha impuesto cortes de electricidad, y en parte del país escasean ya la gasolina y el queroseno. “El terremoto tendrá importantes consecuencias para la actividad económica de una gran parte de sectores de actividad”, asegura Yukio Edano, portavoz del gobierno de Japón.
Se teme además que la elevada deuda del ejecutivo nipón protagonice una nueva escalada por culpa del tsunami del pasado viernes. En la actualidad, las deudas de Japón se elevan al 225% del PIB del país.
La bolsa de Tokio ha abierto hoy con una caída de más del 6% y algunos vislumbran un posible efecto dominó en los mercados bursátiles internacionales.
El buen estado de salud de la economía mundial depende en buena medida del bienestar de la economía del país del sol naciente, que sin embargo se enfrenta ahora a una recesión de consecuencias imprevisibles. (…)
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