Economía de guerra para encarar la crisis. Así están haciendo frente a la recesión los grandes anunciantes, que buscan la máxima rentabilidad en sus campañas de publicidad con el menor presupuesto posible. Todo un reto si tenemos en cuenta la caída del consumo y la debilidad de las economías domésticas.
Las millonarias campañas de publicidad en televisión o medios impresos —formatos que requieren de mayores inversiones— están perdiendo cada vez más protagonismo en los planes de medios de los anunciantes.
Las compañías no están para grandes desembolsos económicos. Prima la reducción de costes y los presupuestos para anuncios son una de las primeras partidas que las empresas recortan para encarar la crisis. Ahora los anunciantes buscan nuevas fórmulas para acercarse al consumidor. Es aquí donde internet se convierte en uno de sus grandes aliados. ¿Cómo? A través de acciones de márketing viral, campañas interactivas, spots en redes sociales, blogs… Hablamos de formatos publicitarios de bajo coste capaces de reportar al anunciante altos índices de notoriedad. Su tirón es tal que cada vez más compañías apuestan por este tipo de herramientas para ganar notoriedad y atraer clientes.
La crisis tiene mucho que ver con el boom que están protagonizando estos formatos publicitarios. Mientras que la emisión de un anuncio en televisión puede ascender hasta los 35.000 euros en horario de máxima audiencia, el coste de una campaña de estas características es muy inferior. Tal es el caso de las campañas de márketing viral que actúan como un boca a boca entre internautas. Basta con lanzar un mensaje y esperar a que los internautas se ocupen de divulgarlo.
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