Los emprendedores españoles están demostrando grandes aptitudes e ingenio para la creación de nuevos servicios online. Pero no sólo en la denominada Web 2.0 (aquellas páginas en las que parte del contenido es aportado por los usuarios) y en las redes sociales, donde los usuarios intercambian toda clase de ideas, conocimientos y productos.
Todos ellos aspiran a convertirse en el Google español o, en ocasiones, a ser adquiridos por una gran multinacional.
No es una utopía. Hace dos años, Google compró Panoramio, una pequeña comunidad social de fotografías, que integró en su servicio Google Earth.
Entre las redes sociales made in Spain, existen iniciativas prometedoras. Es el caso de Sclipo, una web donde los usuarios cuelgan vídeos mostrando alguna habilidad; CinemaVip, una comunidad para profesionales y amateurs del mundo audiovisual; El Busca Chollos, un servicio dentro de Facebook que rastrea ofertas de web como eBay y BuyVip; o Ipoki (antes llamada Hipoquih), que permite localizar o compartir la situación de un determinado móvil a través de Internet.
Poco provecho
Pero, al margen del provecho que los usuarios puedan sacar de los nuevos servicios de la Red, la mayoría de ellos gratuitos, ¿qué están haciendo las empresas para ganar dinero? En España, más del 60% de los hogares dispone de un ordenador personal, pero sólo el 57,5% de las pymes en España dispone de una página web, según el Informe anual del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información.
De éstas, son muy pocas las que logran comprender las posibilidades de un canal multimedia de acceso global. En la actualidad, el 21,% de las empresas ibéricas compra a través del comercio electrónico, frente al 11% que vende. “Sólo donde hay emprendedores puede existir un negocio”, declara rotundamente Rodolfo Carpintier, presidente de la incubadora de empresas online DAD.
Los últimos estudios señalan, asimismo, cómo el 46% de los productos que compran los españoles por Internet se adquiere en portales online extranjeros. “No se trata de que la gente no quiera comprar, sino de que la oferta desde España es aún reducida”, afirma Sergio Garasa, director general del portal Mundoofertas.com.
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